jueves, 9 de abril de 2015

Acción Sobre el Gobierno

"Acción sobre el Gobierno. - Lo que mueve a la opinión y a las Cámaras alcanza ya al Gobierno, pero es preciso abordarles directamente. Socialistas, comunistas, funcionarios, obreros, comerciantes, nos dan ejemplo. Cuando una ley o un decreto les disgusta o los perjudica, no estiman suficientes las interpelaciones en la Cámara o en el Senado, sino que ellos mismos se dirigen al Poder. Se colocan en masa en las puertas de las alcaldías, de las prefecturas, de los Ministerios; envían a los titulares de la autoridad protestas, comisiones, ultimátums; multiplican las gestiones, incluso las huelgas; asedian y hostigan al Gobierno, que casi siempre termina por ceder a sus instancias. ¿Por qué, en tanto nos lo permita nuestra moral, nuestra dignidad y nuestro amor a la paz, fundado sobre la justicia y la caridad, no los imitaríamos, a fin de borrar de nuestro Código las leyes que, según la enérgica frase de uno de nuestros obispos, nos llevan del laicismo al paganismo? 

Cierto es que la obra es inmensa y difícil, pero lo propio de la virtud fuerte es afrontar los obstáculos y desafiar los peligros. Además disponemos de tropas cuyo número y arrojo igualan, por lo menos, al número y arrojo de las otras agrupaciones, puesto que una multitud de cristianos, contando únicamente aquellos que son fervorosos y activos, están impacientes por emprender la lucha. Nuestros cuadros están preparados. Lo que ha faltado demasiado a los católicos hasta ahora es la unidad, la concentración, la armonía, la organización de los esfuerzos. ¿No tendrá abnegación suficiente para formar un cuerpo compacto que trabaje conjuntamente? Se dirá que esta actitud nos expone a contraofensivas sin piedad de nuestros adversarios. No es cierto; en todo caso, ¿a qué calamidades no nos expone la actitud contraria? ¿ Qué porvenir nos espera si, satisfechos de un ligero y artificial detenimiento, nos dormimos?"

De la Declaración de los Cardenales y Arzobispos franceses el 10 de marzo de 1925.

Hasta que, poniendo todo nuestro esfuerzo y vida, se produzca la Restauración del Trono y del Altar, no dudemos en llevar a cabo esa labor a que los cardenales y arzobispos exhortaban a los franceses. Puede parecer que nuestro número hoy sea menor. También lo parecía en otros momentos de la historia. Pero son un puñado de católicos gallardos y valientes los que, sin miedo, guardan la Tradición, enfrentan enemigos espirituales y de carne y hueso, luchan por leyes distintas y, alejados siempre de cualquier tentación de wishful thinking, recobrar lugares.


Último párrafo añadido por AET de Sevilla